¿Te ha pasado que entras a alguna web y el aviso de cookies ha cambiado? ¿Ahora te piden dinero por tu privacidad? A mí también, y tenemos dos opciones: Pagar y mantener tu privacidad o no pagar y regalar nuestros datos. La idea de este post es hablar de la actualización de las políticas de cookies, de cómo está cambiando el panorama y sí, de cómo hacerle el puente para elegir la tercera opción: leer el post, no pagar y no regalar nuestros datos. Vamos a por ello.
Las cookies se han estado usando ya muchos años, son pequeños ficheros que guardan todo tipo de información de los usuarios. Se usan para diferentes cosas, desde guardar preferencias como el modo oscuro/claro hasta segmentar la audiencia de tu web para, por ejemplo, lanzarte anuncios personalizados y generar el mayor número de ventas posibles.
Desde hace ya un tiempo, por ley, cada web está obligada a avisarte que se está guardando información sobre ti y darte la posibilidad de no guardarla si no quieres. En teoría, debería ser igual de fácil aceptar o denegar, aunque en la realidad es que siempre la posibilidad de aceptar es mucho más visible y fácil de usar.
En la primera versión, solo era un aviso, en la segunda versión se podía configurar qué cookies usar y cuáles no, y la última revisión es la que me ha hecho escribir este post y me ha puesto de mal humor. La actualización ha venido por parte de la Agencia Española de Protección de Datos, ahora cito textualmente:
Podrán existir determinados supuestos en los que la no aceptación de la utilización de cookies impida el acceso al sitio web o la utilización total o parcial del servicio, siempre que se informe adecuadamente al respecto al usuario y se ofrezca una alternativa, no necesariamente gratuita, de acceso al servicio sin necesidad de aceptar el uso de cookies.
Y visto esto, a las webs no les ha faltado tiempo para implementar los cookie walls con un olor a payment walls, con las opciones claras, no pagas entonces aceptas las cookies. Pagas (te suscribes) y puedes rechazarlas y no ser trackeado. ¿Y qué pasa si no quieres suscribirte, no quieres pagar y no quieres que te tracen? Pues aquí estoy yo para echarte un cable.
Desde hace años hay sistemas como paywall hub o similares para saltar pasarelas de pago de los periódicos, pero esto creo que es un tema diferente. Entiendo que si quieres contenido de pago, debes pagarlo; el tema de las cookie walls es acceso y trackeo, son cosas diferentes.
La forma más fácil de hacer el puente es instalarte extensiones para el navegador. Sobre qué navegador usar y si en modo oculto o no, ya escribiré algo algún día. Yo recomiendo uBlock Origin, está disponible para Chrome y para Firefox, que seguramente será tu navegador. Una vez instalado, solamente tienes que deshabilitar desde la extensión el uso de Javascript y voilà. Ya no saldrá el cookie wall al entrar en la web y podrás navegar sin problemas. Es cierto que al deshabilitar el Javascript, puede que algo no funcione del todo bien en la web, pero cuando haces el puente a un coche, ¿tampoco lo arrancas con la llave no? Mi recomendación es tener dos navegadores, uno el que usas normalmente y otro con el JavaScript deshabilitado para visitar esas webs 'especiales'. Hay otras opciones para hacerlo, pero creo que esta es la forma más sencilla para ir en contra estos cookie walls.
Sinceramente y a modo de conclusión, me explota la cabeza pensando que la Agencia Española de Protección de Datos permita poner precio a nuestros datos. De hecho, la normativa europea prohíbe el cookie wall, pero como existe pago, se entiende que es un payment wall que sí está permitido. En estos tiempos en los que la web es un saco de anuncios intrusivos, trackeos ilegales, artículos escritos por IA, pop-ups de pantalla completa y ahora esto, ¿quién va a entrar en tu web así?
Y hasta aquí llega mi post sobre los cookie walls y la desprotección de datos de la Agencia española. Si te ha resultado interesante compártelo y si tienes alguna duda, escríbeme un comentario y te responderé lo antes posible.